Objetivo: reconocimiento gay

miércoles, 21 de abril de 2010

*Nombre cambiado a petición de la fuente

El 28 de enero de 2009, la Corte Constitucional de Colombia modificó 42 normas, que estaban distribuidas en 20 leyes, con el ánimo de lograr igualdad entre las parejas homosexuales y heterosexuales.

En dichas normas, se le dio a los homosexuales derechos patrimoniales, la inclusión de su pareja en juramentos a cargos públicos, derechos migratorios, beneficios en salud y en el seguro de accidentes de tránsito. Sin embargo, la Corte no se refirió a dos puntos importantes para los gays y lesbianas: el matrimonio homosexual y la posibilidad de adopción de menores.

Y es que en Colombia se le ha dado cabida a este tema últimamente, pero el paso fundamental, y el que desean todas las parejas homosexuales no se les ha otorgado aún: la posibilidad de un vínculo matrimonial, que les otorgue ante la ley la totalidad de los derechos de una pareja heterosexual.

A pesar que la Corte ha ampliado el abanico de derechos a homosexuales, en el país aun se evidencian situaciones discriminatorias y las posibilidades que se les abrieron no se han hecho del todo efectivas. Michael*, es gay desde que se recuerda, y denuncia que desde pequeño ha sido objeto de discriminación: “hasta los profesores se ponían de acuerdo con los otros niños y me maltrataban”.

Para Wilson Castañeda, director de Caribe Afirmativo e investigador de la causa homosexual, Colombia y en especial la costa es un territorio peligroso para los gays y lesbianas: “la situación es peligrosa, los notarios desconocen la normatividad de la Corte, la autoridad no hace nada ante una agresión a esta comunidad, esa intolerancia y la férrea oposición de la iglesia son unos obstáculos bien grandes para la estabilización gay en la ciudad”, explica.

Desde que España aprobó los matrimonios homosexuales en 2005, la Iglesia latinoamericana ha sido un constante opositor en el camino de apertura homosexual. En Cartagena no es la excepción, la Iglesia manifiesta pleno rechazo a las uniones gay y la conformación de sus familias. Rosario Carvajal, abogada de familia y defensora del vínculo matrimonial del tribunal eclesiástico, así lo expresa: “no estoy de acuerdo en que se les llamen matrimonios, tal vez sean contratos de convivencia que celebran dos personas, y son sociedades de hecho y no conyugales”.

Esto lo ratifica José Fernando Álvarez, sacerdote y Vicario Judicial de la Arquidiócesis de Cartagena: “por Derecho Divino, el matrimonio sacramento debe ser entre hombre y mujer, lo que tiene fundamento bíblico y canónico en el Canon 1.055”.

Pero hay sectores de la iglesia que no están del todo de acuerdo con esta posición. Los sacerdotes vetero, son una pequeña pero creciente organización de sacerdotes católicos rebeldes a algunas normativas vaticanas, incluyendo el celibato y los matrimonios homosexuales, los que celebran sin ningún inconveniente. Al respecto Álvarez Salgado dice: “ellos son disidentes, el rebelde hace hasta lo imposible por contradecir los establecido, esas uniones son nulas”

La comunidad gay continúa centrando sus esfuerzos en lograr ese reconocimiento, Michael, se muestra esperanzado al respecto, “hemos avanzado mucho, todo lo que ha dicho la Corte, y la creación de facciones políticas gay como el Polo Rosa, así lo demuestran, seguro que en poco tiempo alcanzaremos el pleno reconocimiento”.

Wilson Castañeda, asegura: “Esto ha sido una pequeña, pero constante evolución, con el tiempo la comunidad homosexual conquistará los espacios en la sociedad que le han sido negados a lo largo de la historia”

Actualmente, según cifras de la ILGA (Asociación Internacional de Gays y Lesbianas por su sigla en inglés), los homosexuales sólo se pueden casar en 7 países, el acto gay y lésbico es ilegal en 80 estados y en 5, se castiga con pena de muerte: Irán, Mauritania, Arabia Saudita, Sudán y Yemen. Claramente Colombia está lejos de engrosar esta lista, y por el contrario se han tomado medidas en pro de los derechos homosexuales.

Aunque muchos sectores del país, en especial del Caribe, la Iglesia y otros sectores religiosos no estén a favor de los derechos a la comunidad gay, la proyección marca una clara ventaja de los homosexuales en esta lucha. Lejos de verse relegados y luchando por sus derechos, los gay y lesbianas están muy cerca de lograr su principal objetivo: pleno reconocimiento de sus derechos.

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